Evita estas frases, no son piropos son acoso
¿Sabías que los piropos son la forma de acoso verbal callejero más naturalizada en la sociedad? Aunque para algunas mujeres los piropos son señal de aceptación entre los hombres, la verdad es que estos son una pequeña muestra de violencia sexual.
Palabras como "mamacita", el clásico silbido que sale de la nada o la mirada de un extraño, son algunas de las expresiones de violencia erróneamente consideradas "inofensivas", que los hombres ejercen hacía las mujeres.
Si bien para muchos el piropo es parte de una identidad cultural, para las mujeres este se ha convertido en la forma de violencia más naturalizada e invisible, pues además de no ser deseada, resulta ser una clara falta de respeto que constituye una experiencia incómoda, desagradable. . y, la mayoría de las veces, humillante.
¿Por qué creemos que los piropos son violentos?
- Son una acción dirigida en contra de las mujeres: los hombres atacan a la mujer comentando su apariencia física o usando frases sexualmente sugerentes.
- Violan el espacio seguro de las mujeres: el derecho a caminar con seguridad y tranquilidad por la calle se ve atacado. Los lugares públicos se han convertido en lugares propicios para estos actos violentos.
- Subestiman a las mujeres: la práctica de los piropos establece el estatus de "poder" de los hombres y anima a las mujeres a verse a sí mismas como objetos sin valor.
Por esto y más ¡los piropos no son un halago! Desde MAT nos unimos a la lucha por la erradicación de la violencia de género especialmente en los espacios donde ha sido naturalizada.
Súmate a nuestra campaña Evita estas frases, no son piropos es acoso, creada con el fin de brindar a nuestra usuarias una experiencia de movilidad única.
Sigue estas recomendaciones para fortalecer nuestra cultura de prevención del acoso MAT.
- No uses calificativos cómo preciosa, linda, hermosa, mamacita…
- No hagas comentarios acerca del aspecto físico de una mujer.
- Evita hacer preguntas referentes a su estado sentimental o su vida personal
- No lances miradas intimidantes o lascivas.
- Omite los silbidos.